Milei se blinda en Moreno con 500 militantes libertarios para intentar cerrar campaña en medio de escándalos y sin garantías de seguridad
El gobierno de Javier Milei prepara un acto en Moreno que, lejos de mostrar fortaleza, expone la fragilidad política del Presidente.
La Libertad Avanza montó un operativo propio con 500 militantes para custodiar a Milei en el club Villa Ángela, un predio calificado por el Ministerio de Seguridad bonaerense como “potrero” sin infraestructura, con calles de tierra y sin vías de escape para las 10.000 personas esperadas.
La escena es insólita: mientras la Casa Rosada acusa a Axel Kicillof de “liberar la zona”, el propio Milei necesita de un ejército partidario para evitar que se repita lo ocurrido en Lomas de Zamora, donde el mandatario y su hermana Karina terminaron evacuados de urgencia tras los piedrazos.
El operativo en Moreno es un síntoma del clima que rodea a Milei.
El oficialismo bonaerense advirtió que no están dadas las condiciones mínimas para garantizar la seguridad del acto, pero los libertarios decidieron avanzar igual. La Casa Militar y las fuerzas federales quedarán a cargo del resguardo inmediato del Presidente, relegando a la Policía bonaerense a tareas periféricas.
Desde la mañana del martes, la tropa libertaria liderada por Ramón “Nene” Vera copó el club para montar luces, vallados y controles. La presidenta del club, Rocío Maita, es candidata a concejal por La Libertad Avanza, lo que explica por qué “el 90% del club es libertario”.
“Acá no va a volar ni una mosca”, amenazó uno de los organizadores, en un tono que exhibe más miedo que confianza.
El contraste político es evidente: Moreno es un bastión peronista. En 2023, Unión por la Patria duplicó a LLA en votos, y el peronismo local conserva la estructura territorial.
La decisión de Milei de ir al “corazón hostil” del conurbano busca un golpe de efecto, pero lo hace en el peor contexto: con las encuestas en baja, con su acuerdo con el PRO debilitado y con el escándalo de los audios de la ANDIS que comprometen a su círculo íntimo, incluida Karina Milei.
El mensaje oficial para la militancia será “Kirchnerismo nunca más”.
Pero lo que se ve en los hechos es un Presidente cercado, más preocupado por blindarse de su propio pueblo que por dar respuestas a los problemas reales: el ajuste brutal, los recortes en discapacidad, la inflación que pulveriza salarios y jubilaciones.
El operativo de Moreno muestra el verdadero rostro del mileísmo: un poder que habla de libertad pero necesita de murallas humanas, de blindajes policiales y de shows improvisados para sostener la campaña.
Un Presidente que no confía ni en la seguridad provincial ni en el humor social, y que recurre a su tropa para no quedar expuesto.
En Moreno, Milei intentará nacionalizar la campaña bonaerense, pero corre el riesgo de que la foto final no sea de fortaleza, sino la imagen de un mandatario sitiado, blindado por 500 militantes, intentando tapar con gritos libertarios los escándalos y el fracaso de su gestión.