El dólar expone la fragilidad del plan de Milei: el Tesoro tuvo que vender otros u$s150 millones para contenerlo
El intento de Milei por sostener la “calma cambiaria” se derrumba día a día.
Este jueves, el Tesoro debió desprenderse de otros u$s150 millones para evitar que el dólar mayorista rompa la barrera de los $1.400, una sangría que refleja la incapacidad del Gobierno para acumular reservas y la dependencia absoluta de intervenciones artificiales en pleno año electoral.
El dólar mayorista cerró en $1.362,5, apenas $1 más que el día anterior, mientras que el minorista se ubicó en $1.382,69, según el promedio del Banco Central. El volumen operado fue de casi u$s572 millones, con la autoridad monetaria como principal vendedora, confirmando que sin intervención oficial la presión cambiaria ya hubiese disparado la cotización.
Las reservas brutas del BCRA volvieron a caer y se ubican ahora en u$s40.635 millones, tras perder otros u$s208 millones en una sola jornada.
El dólar blue escaló $15 hasta $1.365 y los dólares financieros también acompañaron la suba: el MEP se colocó en $1.377,58 y el CCL en $1.381,15.
Los futuros de dólar tampoco dan respiro: el mercado ya anticipa un mayorista a $1.406 en septiembre y $1.557 en diciembre, muy por encima de las promesas oficiales.
Los analistas advierten que la estrategia oficial es insostenible. “Hay una avidez por el dólar que obliga a intervenir todos los días.
Este esquema no aguanta más allá de las elecciones”, aseguró el economista Federico Glustein.
La fragilidad del plan Milei queda en evidencia: mientras el Gobierno se aferra a la venta de dólares para sostener una calma ficticia, el FMI insiste en la necesidad de acumular reservas y el mercado ya descuenta un escenario de mayor tensión después de octubre.
El economista Gustavo Ber fue contundente: “Los inversores esperan que se acumulen reservas para bajar el riesgo país, pero con esta dinámica lo único que se logra es perder dólares todos los días”.
El espejismo de la “estabilidad” se sostiene con intervenciones desesperadas que consumen las reservas del Banco Central y dejan al país más expuesto. Milei intenta mostrar un dólar quieto hasta las elecciones, pero la realidad es que el precio está atado con alambre y la economía al borde del colapso.