Milei festeja dólares del FMI mientras la Argentina real se cae a pedazos
El Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó este jueves la revisión técnica del acuerdo con la Argentina y se encamina a enviar US$2.000 millones. La noticia fue celebrada con euforia por el presidente Javier Milei, quien compartió el comunicado del organismo en sus redes sociales acompañado de su ya clásica frase: “NO APTO PARA MANDRILES”.
Mientras tanto, en el país real, la inflación no da tregua, el salario se pulveriza, y los alimentos suben más que el dólar. La pobreza sigue siendo una realidad insoportable en millones de hogares, aunque el Gobierno intente disfrazarla con tecnicismos y porcentajes de PowerPoint.
“El programa ha tenido un inicio sólido, respaldado por la continua implementación de políticas macroeconómicas restrictivas”, indicó el FMI en un comunicado, donde además resaltó la “salida ordenada del cepo” y un “ancla fiscal fuerte”.
Detrás de esos elogios se esconde la crudeza de un ajuste brutal que ya impacta en los bolsillos de los argentinos: parálisis en la obra pública, desfinanciamiento en educación y salud, recorte a las jubilaciones, y un Estado nacional que se retira dejando tierra arrasada.
“El tipo de cambio oficial se mantuvo cerca del punto medio de la banda, la inflación siguió moderándose, la expansión económica continuó y la pobreza ha disminuido”, insistieron desde Washington. Pero esa no es la Argentina que camina la gente en la calle, sino la Argentina de los gráficos que tanto enamoran a los burócratas del Fondo y a los libertarios de laboratorio.
El FMI también volvió a advertir sobre la necesidad de “reconstituir las reservas” y “reducir de forma duradera la inflación”, aunque en ningún momento hace autocrítica sobre su responsabilidad histórica en procesos de endeudamiento fallidos como el que ellos mismos habilitaron en 2018.
A contramano del relato oficial, que presenta como éxito el acceso a más deuda, lo que hay detrás es un país hipotecado, sin rumbo y cada vez más dependiente del aval externo para sobrevivir.
El acuerdo, firmado en abril, establece metas monetarias y fiscales que seguirán siendo auditadas trimestralmente por el organismo. La próxima reunión del directorio está prevista para fin de julio.
Mientras tanto, Milei sigue gobernando desde Twitter, celebrando como “logros” las migajas del FMI, en un país donde cada día hay más hambre, más exclusión y menos futuro.
El ajuste es el único plan. Y el pueblo, el único que paga.
