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Reforma laboral de Milei: más beneficios fiscales para empresas y ajuste encubierto para los trabajadores

El gobierno de Javier Milei envió al Congreso el proyecto de Ley de Modernización Laboral, una iniciativa que, lejos de fortalecer derechos, profundiza un modelo económico regresivo al combinar cambios laborales con una reforma tributaria a medida de empresas, inversores y sectores concentrados, mientras el costo del ajuste vuelve a recaer sobre la sociedad.

Bajo el discurso de la “modernización”, el proyecto introduce modificaciones en Ganancias, IVA, Impuestos Internos y crea el Régimen de Incentivo para Medianas Inversiones (RIMI), que amplía beneficios fiscales sin garantías claras de generación de empleo ni mejoras salariales

.El tratamiento legislativo fue fijado para diciembre, en sesiones extraordinarias, en una maniobra que busca acelerar el debate y reducir el control parlamentario.

Alivio impositivo para pocos

Entre los puntos centrales, el Gobierno propone reducciones y exenciones impositivas para distintos sectores económicos. En IVA, se establece una alícuota diferencial del 10,5% para energía eléctrica destinada al riego agroindustrial, beneficiando a grandes productores mientras se mantiene una alta presión fiscal sobre el consumo popular.

En Ganancias, se habilita la actualización de quebrantos por IPC y se eximen rendimientos financieros y operaciones inmobiliarias, medidas que favorecen a patrimonios elevados y a la renta del capital, sin un correlato de protección para el ingreso de los trabajadores.

Menos impuestos al lujo, más ajuste social

La reforma también elimina o reduce impuestos internos a bienes suntuarios, vehículos, embarcaciones y aeronaves, una decisión que evidencia la prioridad política del mileísmo: aliviar a los sectores de mayor poder adquisitivo mientras se recortan partidas sensibles en salud, educación y políticas sociales.

En contraste, se mantienen impuestos sobre productos de consumo masivo como bebidas alcohólicas, cervezas y analcohólicas, lo que impacta directamente en los precios que paga la población.

RIMI: incentivos sin control

El nuevo Régimen de Incentivo para Medianas Inversiones ofrece amortización acelerada y devolución anticipada de IVA, pero no exige compromisos concretos de empleo, salarios ni desarrollo regional, repitiendo un esquema ya conocido: beneficios fiscales inmediatos y resultados sociales inciertos.

Incluso desde el movimiento sindical, la CGT advirtió que la reforma laboral implica un “sincericido”

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