La Municipalidad de Vaqueros en la mira de la Polémica
El intendente de Vaqueros, Daniel Moreno, se propone dar el salto a la Cámara de Senadores, pero su ansia por un puesto de poder no sólo revela un total desprecio por sus responsabilidades municipales, sino que también pone de manifiesto una falta de respeto absoluta por la justicia y una actitud completamente desleal hacia los vecinos que lo eligieron. Con su decisión de dejar la gestión municipal a medio camino, Moreno demuestra una vez más que sus intereses personales están por encima del compromiso con la gente que lo votó.
El camino político de Moreno está salpicado de denuncias y trapisondas que empañan su trayectoria. Siempre asociado a sentencias y problemas con la Ley, el primero de los escándalos que empaña la figura del intendente tiene que ver con su desobedecida a una sentencia judicial. Se trata del fallo condenatorio de tres años de prisión en suspenso contra quien era su hombre de confianza y jefe de taller, condenado por robo de combustible.
La dicha sentencia, incluía la inhabilitación para ejercer cargos públicos. Sin embargo, en un acto de descarada impunidad, Moreno nombró al acusado en un puesto jerárquico con un sueldo más alto, vulnerando no sólo la ley, sino también la ética y el principio de respeto hacia la justicia. ¿Cómo puede un funcionario que desobedece un fallo judicial pretender que los salteños le confíen una banca en el Senado?
Pero esto no termina aquí. A las ya numerosas controversias, se suma ahora el escándalo de abuso sexual que llevará a Moreno a juicio el próximo 22 de mayo. A pesar de que el tema sigue pendiente ante la justicia, el intendente se ha dedicado a desestimar públicamente la causa, afirmando que la Corte de Justicia ya la “dio de baja”, algo que, como es evidente, es una falacia.